La presentación de los postres es muy linda, lástima que el sabor me dejó mucho que desear. Compré una tarta pensando que estaría riquísima y me quedé disgustada porque no era en lo más mínimo lo que esperaba:(. El lugar es bonito y al entrar huele rico, quizá solo sea cosa de la tarta, pero al menos yo no recomiendo comprarla.
También compré un pastel de avellanas y está rico, solo que muy empalagoso.
La plaza en donde está la cafetería está muy linda; sin embargo, los frappés son pésimos. La presentación de cada sabor es muy linda y se nota su esfuerzo, pero fuera de eso, todos saben igual. Lo único que cambia es la presentación, porque el sabor es el mismo sin importar si es de moka o el que trae una paleta Magnum encima, ambos saben igual. Está demasiado dulce, y empalaga, pero el precio y el tamaño de la bebida es muy bueno. Otro detalle es la chica que atiende la cafetería. No sé si seguirá la misma, pero atiende con unas ganas que le quitan lo lindo y la fachada al puesto. Atiende de mala gana, y puede tenerte esperando por minutos por más que se le llame